miércoles, 19 de diciembre de 2007
sábado, 15 de diciembre de 2007
viernes, 14 de diciembre de 2007
Adiós Lyon...
las cosas que mueren no tornan jamás,
se quiebran los vasos y el vidrio que queda
¡es polvo por siempre y por siempre será!
dos veces seguidas no florecerán.
Las flores tronchadas por el viento impío
¡se agotan por siempre, por siempre jamás!
los días inertes ya no volverán.
¡Qué tristes las horas que se desgranaron
bajo el aletazo de la soledad!
las sombras creadas por nuestra maldad!
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que así se nos van!
—de llagas infectas—¡cúbrete de mal!
¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,
corazón maldito que inquietas mi afán!
¡Adiós mi alegría llena de bondad!
¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que no vuelven más!
domingo, 9 de diciembre de 2007
Fête des Lumières
martes, 4 de diciembre de 2007
lunes, 3 de diciembre de 2007
Otro finde turístico
El sábado salimos en busca de la nieve, aunque no nos resultó nada fácil encontrarla (aunque, a priori, cualquiera pensaría lo contrario). En La Clusaz sólo estaban abiertas las pistas de ski de fondo, pero nosotros nos entretuvimos de todos modos haciendo guerras de nieve y patinando (sin patines) en el lago helado. La previsión de lluvia no nos dejó disfrutar de Annecy, de la que sólo puedimos ver el lago camino de la nieve.
El domingo (ya sin lluvia) pasamos la mañana en Perouges, una villa medieval que merece la pena visitar no sólo por lo bien conservada que está (que ya es bastante), sino también por su estupendo dulce típico: la galette.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
La vie en rose
Hoy en día la fiesta es bastante diferente y hay todo un programa de actos que ya ha comenzado. Desde 2004, además, la fiesta se cuela en el metro y eso ya ha sucedido. El objetivo es que los viajeros se conviertan en actores de esta fiesta y que, por unos días, vean La vie en rose.
Así que esta es la nueva imagen del metro de Lyon, el cual, en condiciones normales, ya es bastante discotequero con tantas luces de neón:
Lástima que no suene también la música...